Ayer te encontré en el metro
y me enamoré de color pesado,
vimos
nuestros cuerpos
y fui sintiendo
tus vagones
desde la cabina de tu cabeza
a la de tu talón partido,
te palpé cada vagón muslo
tu hombro vagón
el vagón de tu cintura
y me instalé en cada
asientoporo de tu mugre.
Al querer recorrer
la pisada superficie
me atrapó el rosario
de tu cuello
y besé con ganas torpes
cada cuenca cristalina,
le di vuelta
y me enredé como un simple Mixcoac
en los misterios circulantes,
acaso diminutos de tu taquilla a medio uso.
Me diste tanto miedo
cada parte tuya, cada trozo de naranja
que me insinuaba
una lindavista,
te evadí con el brinquito chusco
cuando quise dar el gran
salto del agua
y no hicimos más que vagar en tu dura Oceanía
e intentamos anular
esa gran cosa que a las manos arranca
el color de la suciedad
en los codos
o las razas.
No puedo decirte simplemente que me voy
porque tu piel ceniza y las abolladuras
en sus rostropasajeros
son producto
suave y extinto
de la refinería que clausura las bocanadas de su noche.
Me encierras
en un túnel con salida
lleno de estrellas y de dudas
de constelaciones
y caídas.
Me invitas a la lista
de los 28 muertos por semana,
en los periódicos dicen que salte
los espectaculares que huya
mas no creo estar convencida
de tirarme en los rieles con los ojos cerrados y las rodillas abiertas
y tapizar una vez más
la barranca y su muerto.
jueves, 26 de junio de 2008
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1 comentario:
Quisiera explicar con tantas palabras, que me gusta, como tú me gustas, sin embargo aun no encuentro cuál es mi parada favorita, más quisiera recorrer de nuevo junto a ti, para encontrar el sutil espacio, y que tal Mesones!
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